martes, 18 de octubre de 2011

Vivir sano es más que una elección

Han sido días históricos para la salud preventiva chilena. En el mes de Septiembre, la Primera Dama Cecilia Morel le presentó al mundo el Programa “Elige Vivir Sano”, programa estrella del Gobierno para combatir la epidemia de enfermedades crónicas no transmisibles que afecta a nuestro país y a la mayoría de los países de América Latina. Y en estos días se realiza en Valparaíso la Cumbre sobre Nutrición y Obesidad, la respuesta latinoamericana a la reunión de las Naciones Unidas.

También es histórico que nos visite el Profesor Pekka Puska, líder del proyecto finlandés de Carelia del Norte, sin duda la intervención más famosa para reducir las enfermedades cardiovasculares del mundo (logró una reducción de 82%). La historia es la siguiente: en los años setenta, los hombres finlandeses tenían la mortalidad cardiovascular más alta del mundo. Y en la idílica región de Carelia del Norte (en la frontera este con Rusia), las enfermedades cardiovasculares eran aún más comunes. La región, cubierta de nieve la mitad del año, era una gran productora de lácteos con alto contenido en grasa (mantequilla, crema, leche entera) y carne.

Sabiendo que la región tenía capacidades productivas limitadas, no bastaba con decirles a las personas que comieran sano. Primero, iniciaron una campaña comunicacional que se enfocó en organizaciones comunitarias y en la formación de líderes locales. Los expertos convencieron a los productores locales para que redujeran el contenido de grasa de los embutidos locales y la sal en el pan. Segundo, cambiaron la producción local de productos lácteos y carne por berries. Para reemplazar la mantequilla de la dieta, desarrollaron aceite de canola, cuya semilla podía sobrevivir las condiciones climáticas adversas. Al mismo tiempo, los colegios y los lugares de trabajo comenzaron a ofrecer comidas saludables. Tercero, el Congreso Nacional aprobó una nueva Ley de Salud Pública que enfatizó la promoción de salud y estableció una regulación de tabaco estricta.

Según su página web, “Elige Vivir Sano” es un proyecto ambicioso, transversal e integral, que trabaja en cuatro líneas de acción: (1) Coordinar la oferta del gobierno, (2) Crear una página web para informar a la ciudadanía, (3) Crear lazos con los sectores públicos y privados, y (4) Levantar una campaña nacional. El programa busca realizar 100 corridas y cicletadas y acreditar 147 lugares de trabajo saludables en el 2010, organizar 62 ferias y tener a más de 1.25 millones de beneficiarios de programas del Instituto Nacional del Deporte. Ya se han realizado alianzas con Jumbo, Unimarc, Santa Isabel y Carozzi, entre otros.

La Primera Dama destaca en su discurso inaugural que “Elige Vivir Sano” es una oportunidad para que “optemos por nosotros mismos” a elegir una vida sana. Sin embargo, me pregunto: ¿Habría funcionado el proyecto de Carelia del Norte si sólo le hubieran dicho a las personas “elijan no comer mantequilla y carne? ¿Qué alternativas habrían tenido?

Es cierto que las familias chilenas muchas veces necesitan información. Pero más importante es que no siempre cuentan con toda la libertad para decidir, siendo su libertad de elección limitada por el presupuesto familiar, los precios de los alimentos saludables y su disponibilidad, al igual que por la incesante publicidad en los medios y las innumerables “ofertas” en los supermercados. Cuando hablamos de tabaco y alcohol, siempre existe un componente de adicción y, como bien saben todos los profesionales de salud, no basta con pedirles a las personas que “elijan no fumar”. Tampoco se hace fácil cuando los ídolos deportivos promueven a la vez el consumo de alcohol en sus camisetas o auspician eventos deportivos o culturales.

Elegir una alimentación saludable, realizar actividad física y disminuir el consumo de tabaco y alcohol, con todas estas condicionantes, es un peso muy grande para ponérselo encima a las familias chilenas. Una estrategia que pone todo el peso en “elegir” causa además culpa en las familias que no logren tomar la decisión correcta, al tiempo que justifica el no ayudarlos. Como pecas, pagas.

Las alarmantes cifras de obesidad, sedentarismo, consumo de tabaco y alcohol en nuestro país requieren de una mirada amplia más allá de la entrega de información y que considere los determinantes sociales de los estilos de vida.

El programa “Elige Vivir Sano” es una iniciativa interesante que debe ser complementada con un plan integral para tener un Chile Saludable al 2020. Este plan integral debe contar con un paquete coordinado de medidas regulatorias que favorezcan la disponibilidad de alimentos saludables tomando en cuenta su distribución, comercio y marketing. Como los anteriores se encuentran fuertemente determinados por las variadas condiciones geográficas, este plan debe tener una mirada territorial y considerando a los actores locales (ej. Municipios, organizaciones sociales).

Requiere además avanzar a cumplir con las obligaciones del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco y los lineamientos de la Estrategia Nacional sobre Alcohol, además de considerar los Objetivos Sanitarios del 2011-2020. Finalmente, requiere una fuerte institucionalización, por ejemplo, en el nuevo Ministerio de Desarrollo Social, que evita que desaparezca con el cambio de Gobierno el 2014.

Mejorar la salud de la población no es siempre fácil ni vistoso, pero se puede. Sino pregúntele a Pekka Puska.

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